Introducción a la cerveza casera
A todo el mundo nos sabe mejor hacer una cosa casera con tus propias manos y disfrutarla en el momento que te la comes, ¿Por qué no hacer lo mismo con la cerveza? En este post te vamos a contar todos los secretos que existen detrás de esta milenaria bebida, como hacerla en casa y toda la ciencia que hay detrás de ella.
Aunque no lo parezca la elaboración de la cerveza es un proceso extremadamente sencillo y en unas dos semanas ya se podría nuestra cerveza, el punto más crítico de todo el proceso es evitar posibles contaminaciones que interrumpan la fermentación y nos estropee el resultado final.
¿Qué ingredientes se necesitan para hacer cerveza casera artesanal?
Los ingredientes que se necesitan son cuatro:
- cebada malteada
- lúpulo
- levadura
- agua
Y al tratarse de una cerveza casera podemos jugar con diferentes aditivos para “tunnear” nuestras cervezas como pueden ser frutos, especias, azúcares etc.
Bien, ¿Y cómo la elaboramos?
- El primer paso consiste en realizar el zumo de cebada, y vamos a considerar que queremos realizar unos 10 litros de cerveza, pues primeramente añadimos en una olla 10,5 litros para intentar compensar las posibles perdidas durante la cocción. Y con la ayuda de un térmometro controlamos la temperatura y dejamos cocer durante 1 hora y media aproximadamente a 85ºC. Esto nos permite extraer todos los azúcares del grano al agua obteniendo así el zumo.
- Mientras realizamos la cocción, a los 45 minutos de haber empezado añadimos el lúpulo que hemos elegido para nuestra cerveza y lo dejamos hasta completar la cocción.
- Una vez transcurrido el tiempo traspasamos el mosto a nuestra cubeta en la que tengamos pensado hacer nuestra fermentación, y esperamos a que la temperatura disminuya.
- Una vez el mosto se encuentra a temperatura ambiente añadimos nuestra levadura y cerramos nuestra cubeta de fermentación. Si no disponemos de cubeta de fermentación podemos utilizar botellas de vidrio previamente desinfectadas y poner un globo pinchado en la boquilla para que salga el CO2 pero no entre oxígeno. A los dos días aproximadamente ya debería de apreciarse la salida del gas.
- Tras dejar fermentar durante al menos 2 semanas procedemos a repartir el jugo en distintas botellas donde tengamos pensado conservar nuestras cervezas, y les añadimos 1 cucharada de azúcar al fondo de la botella antes de llenarlas, y una vez llenas las cerramos y las dejamos fermentar durante otros 7 días. Este paso es crucial para intentar que nuestra cerveza tenga la fuerza del gas típica de las cervezas comerciales.
- Y fin, ¡servir muy frías y a disfrutar!
¿Qué hay de ciencia tras todo esto?
La ciencia que se encuentra tras la cerveza se puede dividir en 2 procesos fundamentales.
El primero se trata del malteado, el cual ya explicamos en un artículo en esta web que puedes encontrar aquí.
El segundo paso es la fermentación, y es el proceso más fundamental, ya que es a partir del cual se consigue que la cerveza contenga un contenido razonable de alcohol.
Para ello la levadura que añadimos al mosto utiliza los azúcares que se han extraído de la cebada y mediante estos procesos los transforma en CO2 y etanol.
Dependiendo del tipo de levadura y la temperatura a la que se produce la fermentación pueden darse 2 grupos de cervezas. Las de alta fermentación, normalmente conocidas como “ale” y cervezas de baja fermentación o “lager” y un pequeño grupo minoritario de cervezas de fermentación espontánea.
Las cervezas tipo ale se fermentan con una temperatura de entre 15-25 grados centígrados y las cervezas tipo lager su fermentación se produce a unos 5-9 grados. Y las cervezas de fermentación espontánea se producen a temperatura ambiente.
Descubre más sobre la cerveza aquí.
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